La luna se refleja con su brillo
en mares que se estrellan en la roca,
susurros se detienen en la boca
con luz en espiral de sus
anillos.
El sol solo calienta el estribillo
del borde de mi verbo que provoca,
confunde tu empatía cuando choca
el anhelo que muere si lo orillo.
La vida en su pasar no se detiene,
ni en el beso, ni el mar, ni en el suspiro,
con su manta nos cubre soberana.
Deja suave su música que suene,
en la brisa que carga mi respiro
cual caricia de sol, en mi mañana.