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En la espalda de las horas





Dime: cuando en la hora taciturna
intentas esconder sed de pasiones,
en la copa que vibra de emociones
la mano que acaricia es más nocturna.

Cuando fijas los parpados sin rojos
se suspenden los besos en la boca,
parece que levita y que te invoca:
las pupilas marrones de los ojos.

Cuando la lluvia moja tus balcones
los días sin amor que te enamoras,
recuestas tu cabeza cuando lloras

al borde de la vida sin opciones.
Se marchita tu tiempo de ilusiones,
en la espalda pesada de las horas.

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