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"Tu amor es mi pasión enardecida"




Velero de mi mar que me disloca,
en tu popa deslizo cual veneno
el deseo nacido grato y pleno,
de las ansias y espumas de tu boca.

Despierto la ilusión que me provoca
el gemir navegando tan ameno,
por grietas de mi ser que no refreno
marejadas con olas que te evoca.

Tu amor es mi pasión enardecida
colofón de mis cálidas arenas,
caricias a mi piel que están fundidas.

En mis noches ociosas y serenas,
corazón que recuerda y nunca olvida
y pretende morirse con sus penas.






"Quedaste en mí"




Te quedaste, tan guardado en mi pupila
esperando así llegar hasta mi boca,
y surcaste el breve espacio que aniquila,
el deseo colosal que me desboca.

Te quedaste resguardado en mis hogueras,
te quemé como se queman las pasiones,
tu pudiste desertar de mis trincheras,
preferiste reposar en mis balcones.

Tus desvelos despertaron mis caderas,
te mecí con la dulzura del amparo,
y subiste lentamente mis laderas
con caricias que se entregan al descaro.

Y así fuimos esa luz en los ocasos,
las dos almas que se unían con caricias,
los antojos nos venían con retrasos
disfrutando la sazón de las delicias.

Te quedaste como sombra de mi misma,
tu perfume despertando desazones,
resplandece con mi noche tu carisma,
y en mi vientre me palpitan sensaciones.



Maria de los Angeles
Cubabella



""Tarde de Mayo""



Lo invité un atardecer sutil de mayo,
esperé tranquilamente con dulzura
y llegó muy silencioso con cordura,
su sonrisa musical era un desmayo.

Lo miré y el me miró, fue más que un rayo,
se prendieron con afán en desventura
las antiguas emociones con premura,
fueron todas remembranzas en ensayo.

Desnudó toda mi piel de sus ropajes
despertando con candor viejos deseos,
ya quedados en los tiempos sin esperas.

Cabalgué por su llanura en devaneos,
me calciné como fuego en sus hogueras,
entre caricias mas tiernas y salvajes.



"Puede llegar la muerte"



Puede llegar la muerte cuando quiera,
no temo, ni sabré como evitarlo,
segura la tenemos a la vera,
tardamos en saber como tomarlo.

Si llega por la noche yo la espero
quisiera que me acoja muy despacio,
con pétalos de lis sin desespero
y luces que la anuncien de topacio.

Puede llegar de día con encanto
dejándome bañada con el cielo,
su mano siempre fría será manto,
su voz será la furia de mi vuelo.

Puede llegar la muerte cuando quiera,
mi fin solo es dictamen del destino,
yo volveré con cada primavera
en la rosa que nace en el camino.

En el verso sensual de mi poesía,
con el canto de amor de los amantes,
en los sueños buscando la ambrosía,
de las horas que mecen los instantes.


Vuelo de gaviota


Levantó vuelo... tan alto la gaviota
en sus alas se robaba la esperanza,
desprendidas de las mieles de confianza
que labré, en cada minuto de derrota.



Se perdió por los celajes muy devota
llevándose en su gran pico mi templanza,
la seguí con mi mirada de alabanza
la vi desaparecer...la mar remota.



Y con ella se me fueron los pesares
se disiparon tranquilas mis tristezas,
en la tarde que moría sin cantares.



y seguido recordaba mis torpezas,
voló mi gaviota, lejos, y en su vuelo
impregnaba de amarguras mi desvelo.