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"Versos de lluvia y fuego”


¿Hacia dónde va volando mi poema?
que se eleva dando tumbos en la brisa,
se detiene con las horas en su prisa,
brilla suave como mágica diadema.

Yo no quiero contemplarlo es mi dilema,
le doy alas con mi tinta tan precisa,
la pupila se me pierde en la pesquisa,
y este fuego en mi interior solo me quema.

¡Ay mi verso hecho de verbo, lluvia y fuego!
sin destino, sin pasión, mi escapulario
y persistes con nostalgias de mi ego.

Inspirando vas mi sueño solitario,
hoy te busco en el andén y no te encuentro,
en mi ser, tu eres el ápice del centro.



"A orillas de la vida, orando"


Me retuerzo ante ti, humanidad
tallada de falsías y engaños
hipocresía disfrazada de sonrisas
y dioses tatuados en barro
he perdido mis pies...
y ya ves, que sigo caminando.

Ríes con maldad vestida de nobleza
y la avaricia te carcome los ovarios,
pero ríes, y ríes  y tu dolor a sombras,
germina entre zarzas de espinas
y cuando parece que se acaba,
está descansando.

Los ojos de la verdad no miran,
y la bondad, la caridad,
un día de tu alma naufragaron,
triunfo de la maldad
 con sabor a hiel, amargo
y yo… sigo de rodillas orando,
rezando por aquella flor,
por aquella, que un día tuvo
los pies descalzos,
la que nació sin culpas
cual luz bendecida de un milagro.

Y sigo orando,
mirando a las alturas,
una mano en el corazón y otra en lo alto,
que no le toque su veneno;
¡Líbrala señor que tu eres santo!
que el brillo de sus ojos
su cara y su sonrisa
jamás poder alguno,
pueda, apagarlo.