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"Urgencias"



¡Ay que tenacidad la nuestra! urgía,
un cambio repentino sin orquestas,
quizás fuimos dos almas tan opuestas,
por eso cual leones nos rugía.

¡Y que sagacidad! ¡Y que agonía!
vivir atado al otro sin alerta,
dejar la puerta blanca siempre abierta,
convirtiendo mi noche en felonía.

Hablabas de la ausencia y del olvido,
reías con tu risa indiferente...
veías el lucero en el oriente.

Contándome tu tiempo ya vivido,
y yo que fui suspiro...me evadía
dejándote la sangre que bullía.

Maria de los Angeles.

Cubabella

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