A la espera que vuelvas algun día
cargando iré mi cruz con la fe alta,
con ella borraré toda tu falta
recobrando el placer de mi alegría.
Al partir te llevaste la ambrosía
con tu orgullo de piedra que se esmalta,
y en el pecho el anhelo que me exalta
soy deseo despierto y vibraría.
en tu selva de amor y tus montañas
aqui espero que tiemble con delirio
mi piel, con el calor de tus pestañas.
Y tus labios recurran al martirio
de caricias que prendan con mis ganas
abrazando tus ansias mas livianas.
Maria de los Angeles.
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