Soy como un árbol atado a su raíz
un alma liberta plena que en su paz,
despliega en los campos granos de maíz
y tiene cosechas fáciles, audáz.
Soy una serpiente, soy una perdiz
una solitaria estrella que fugaz,
se pierde en los mares y muere feliz
y entre las montañas se vuelve capaz.
Un libro que abierto muestra su nariz
la décima alegre y un poco sagaz,
que lleva en sus versos para el aprendiz
una moraleja que se hace locuaz.
Soy la pincelada plena de matiz
el cuadro que luce su rostro y su faz
poema pintado de puro barniz
la cara que esconde un humilde antifaz.
Soy ave de caminos, la codorniz
que vuela extasiada con ala vivaz
que llora callada por la cicatriz,
que deja la vida... tan dura y mordaz.
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