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"Todo pasó, no quedan huellas"

Todo pasó, ya apenas quedan huellas,
del pobre amor que fácil me ofreciste,
recuerdo el cielo oscuro y sin estrellas
y los momentos malos que me diste.

Soy felíz de saberte tan lejano,
mi alma espera mejores primaveras,
el corazón vibra ahora tan sano,
revividas sus multiples quimeras.

Estoy tranquila vivo a mi manera,
con la misma pasión que nunca muere,
alerta siempre está mi vieja hoguera
a ese fuego febríl que la prendiere.

Sigo anhelando aquel beso temprano,
el verdadero que a mi piel se adhiere,
cual cadencia melodiosa de piano,
incitándome suave a que lo espere.

Sonrío con los trinos de la aurora
me abrazo solitaria al pergamino,
saludo jubilosa la nueva hora,
sembrándola de besos sin destino.

Todo pasó, ya apenas ves las huellas,
de ése amor tan frágil que me vendiste,
nunca fue gran volcán , ni fue centella,
se murió...aquella tarde que te fuiste.


Maria de los Angeles

derechos reservados 2008

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