En el pico de gaviotas
le envío un beso a mi tierra
a ésa isla que duerme
entre tristezas y penas.
En las alas yo le mando
con mi querer mañanero
un aliento que le sirva
para tiempos venideros.
Con mis alas blancas, largas,
le ato miles de arrobas
de esperanzas de futuros
sin asomo de jorobas.
Ay mi isla de valientes
tierra de próceres natos
se les vende bien barato
sin siquiera dar el frente.
¡Ay mi pueblo! ¡Ay mi gente!
que tormentoso pecado
seguir a un régimen atad
o sin corazón y sin mente.
Con un dictador tan demente
prehistórico cual dinosaurio
que no cesa de oprimirlos
inverosímil glosario.
Con páginas tan mugrosas
llenas de barro y de sangre
hoy crece mucho más el hambre
y con ella muchas fosas.
Asesinos de verdades
anarquistas sin coronas
después de las tempestades
morirás si no abandonas.
¡Ay mi isla! ¡Ay mi gente!
Ay mi pueblo con desdichas
que será de la inocensia
convirtiéndose en cenizas.
Maria de los Àngeles
Maria de los Àngeles
22/9/08
http://www.cubademocraciayvida.org/web/article.asp?artID=7492
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