Mi río con su cauce descosido,
se impone describiendo a la llanura,
el verde lo rodea en espesura
su zarza va flotando con su ruido.
Sus aguas siguen rauda el recorrido
saltando los obstáculos de altura,
despojos de caricias sin holgura
tañidas a un final muy conocido.
Mi río de la vida se detiene
en la orilla de penas imborrables,
su corriente segura me sostiene.
En la cúspide que une mis pilares
y sigue así moviéndose confiable,
hasta llegar a unirse con tu mares.
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