Si se borrara tu nombre de mi mente
por cualquier enfermedad que de improviso,
sin dejarme en un motivo el noble aviso,
disipara tu recuerdo de mi
fuente.
Si olvidara tu deseo de mi vientre,
el calor de tu mirada en mí conciso,
bastarían unos vientos sin permiso
caminando entre las rutas del presente.
Yo diría que mi sol en las alturas
calentaría el vestigio de la ausencia,
con sus rayos restaurados de ternuras.
El arpegio musical de mis acciones,
despertaría arsenales de demencia
con tu nombre cautivando mis canciones.
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