Acógeme en tu noche de parpados de estrellas
de luces y claveles de besos sin querellas.
Refúgiame en el umbral de un
sueño sosegado
en el labio superior del beso demorado
En el sexo indecente que nace del deseo
buscado en los oscuros momentos que poseo.
Despiértame ondulando tu cuerpo sobre el mío
plegado a mi cintura cual ola de mi río
Desátame el antojo que lento prolifera
vedándome al anhelo de nueva primavera.
Desvísteme la noche de luz sin camuflaje
pactando en mis gemidos el orgasmo salvaje.
Atrápame en tus redes dispuesta están mis galas
regálame ilusiones donde amarrar mis alas.
La vida sigue ingenua con sus
hieles y miel
con el beso soñado de la brisa en la piel.
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