El hombre es como un mar embravecido;
sediento de ilusión y desengaños,
bebiendo de la vida los engaños
disfruta del placer sin mucho ruido.
El hombre es animal noble y torcido,
se enfrenta diariamente con los años
a subir lentamente los escaños,
excusando las culpas y descuidos.
Transita con sus vanos desaciertos
un mundo que parece más carente,
de amor y de pasiones verdaderas.
Cual barca que navega por los puertos
con mares de azules transparentes,
buscando nuevas rutas y fronteras.
María de los Ángeles Espinosa
(derechos de autor)
1 comentario:
Aunque es complejo definir "al hombre", tú lo describes bastante bien en los versos de este soneto.
Un abrazo.
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