Una vana esperanza se ha escondido
en tu alma inclaudicable de clemencia,
guardando en filigrana la decencia
del verso que pregona el cruel olvido.
Una luz ilumina mi sentido
fraguando con sus luces de impotencia,
soledades pedidas con urgencia,
desamparo que grita su estallido.
No te vayas de mí fiel añoranza,
no te vayas buscando los caminos,
no pierdas solapada la confianza
entre mundos de lluvias cristalinos,
me encadeno a tu amparo sin tardanza
con tus ecos sonoros y marinos.
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