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A la espera de un te quiero




Si algún día le reclamas un te quiero
a la vida con su andar, monotonía,
si recibes de la brisa la porfía
del amor quizás vestido de soltero.

Solo abriga aquel abrazo mañanero
en el torso del regazo y la utopía,
no lo dejes que se muera en la estadía,
de ese verso doloroso  prisionero.

Pues la vida con sus pausas se le olvida,
detener, con su vaivén en la demora,
ese tiempo que se pierde cual gaviota.

En los mares azulados del ahora
y retorna con su música de huída,
cuando el viento del recuerdo lo alborota.


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