Mi otoño medieval y vespertino,
tu sonrisa me cubre con su falda
amanezco seguida de tu magia,
con el frío caudal de tu cariño.
Tus luces me señalan el invierno
que viene persiguiéndote celoso,
y miro en mi ventana con la brisa
la navidad que canta su momento.
Otoño deshojado de mis versos
que tienen sensaciones melodiosas,
hoy siento esta mañana Navideña
que calma mis ambiguas emociones,
llenándome de paz el alma toda,
con la fe y el amor del horizonte.
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