Te declaro mi amor incomprendido,
mis angustias de noches de desvelos,
donde fuiste el autor de mis anhelos
galante y soñador, mi consentido.
Te confieso el dolor enardecido
que atrapa y me devora los recelos,
horrible sensación de mis revuelos,
irracional deseo sin sentido.
De las noches de besos prisioneros
cercenando mis sueños sin estrellas,
y tus labios bailaban lisonjeros.
Buscando despertar en mi quimera,
y fueron tan reales que sus huellas
reviven al llegar la primavera.
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