Lo invité un atardecer sutil de mayo,
esperé tranquilamente con dulzura
y llegó muy silencioso con cordura,
su sonrisa musical era un desmayo.
Lo miré y el me miró, fue más que un rayo,
se prendieron con afán en desventura
las antiguas emociones con premura,
fueron todas remembranzas en ensayo.
Desnudó toda mi piel de sus ropajes
despertando con candor viejos deseos,
ya quedados en los tiempos sin esperas.
Cabalgué por su llanura en devaneos,
me calciné como fuego en sus hogueras,
entre caricias mas tiernas y salvajes.
2 comentarios:
Me quito el sombrero ante este bello blog.
Mi enhorabuena para su autora, Josan
Josan...gracias mi querido amigo...como ves le escribo mas al amor...a ese que no esta a mi lado, y al que un dia se fue...sin decir adios..un beso enorme atravez de los mares..Maria
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