Puede llegar la muerte cuando quiera,
no temo, ni sabré como evitarlo,
segura la tenemos a la vera,
tardamos en saber como tomarlo.
Si llega por la noche yo la espero
quisiera que me acoja muy despacio,
con pétalos de lis sin desespero
y luces que la anuncien de topacio.
Puede llegar de día con encanto
dejándome bañada con el cielo,
su mano siempre fría será manto,
su voz será la furia de mi vuelo.
Puede llegar la muerte cuando quiera,
mi fin solo es dictamen del destino,
yo volveré con cada primavera
en la rosa que nace en el camino.
En el verso sensual de mi poesía,
con el canto de amor de los amantes,
en los sueños buscando la ambrosía,
de las horas que mecen los instantes.
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