Ese beso de amor que no se olvida,
que se hospeda no más en la memoria,
me alzó tan solapado hasta la gloria,
llevándose mi aliento con su huída.
Esos labios sin frenos y sin brida
dejaron bien grabado y tan notoria,
la dulce desazón, calma en mi euforia
la tierna candidez que te intimida.
Ese beso me abraza aunque no quiera,
me mantiene apresada con sus mañas,
con su fresco sabor de roja fresa.
Revive su recuerdo y me incinera,
aun siento por mi ser y en mis entrañas
desnuda, cual embrujo su promesa.
que se hospeda no más en la memoria,
me alzó tan solapado hasta la gloria,
llevándose mi aliento con su huída.
Esos labios sin frenos y sin brida
dejaron bien grabado y tan notoria,
la dulce desazón, calma en mi euforia
la tierna candidez que te intimida.
Ese beso me abraza aunque no quiera,
me mantiene apresada con sus mañas,
con su fresco sabor de roja fresa.
Revive su recuerdo y me incinera,
aun siento por mi ser y en mis entrañas
desnuda, cual embrujo su promesa.
2 comentarios:
Hola, María, de nuevo me doy un paseo por su espacio.
Me encantan los poemas de amor y si encima tienen rima, mejor. Es muy complicado hacerlos y por eso aprecio tanto su trabajo.
Este en concreto es una maravilla. Hay besos que no se olvidan por más tiempo que pase y otros que quedan sin darse...
Un beso desde el otro lado del océano.
José
Asi es amigo..hay amores que nunca olvidamos...a pesar de los años y del tiempo...un beso va atraves del oceano.Maria
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