vistas en total


Fueron mis manos buscando en el vacío,
fueron tus labios buscando mis encuentros,
la sensación del deseo en desvarío...
que penetraba en mis entrañas muy adentro.

Fue el silencioso silbido de violines,
quizás también la caricia mañanera,
la esencia primaveral de tus confines
o el cadencioso vaiven de mis caderas.

Fue el calor de tu mirada que me hablaba
o el vibrar de las ansias y los antojos,
era tal vez la caricia que emanaba
la luz ardiente, del fuego de mis ojos.

Fue la tormenta invernal, la fría noche,
las inquietudes de besos enlazados,
la furia que nos saciamos con derroche
y a la vez, el sentirnos... abandonados.


Maria de los Angeles

No hay comentarios: