Nos juramos tanto amor
nos amamos tanto, tanto
que nunca superó el llanto,
el deseo que escapó.
Fuiste mi fe, yo tu rosa
y adornaba tu mirada,
con mis petalos de esposa
y nada nos perturbaba.
Fuimos creciendo lento
madurando las caricias,
y los frutos que te daba
para tí, eran delicias.
Pero el destino invariable
despertó infieles instintos
y te fuiste a probar...
otros labios, tan distintos.
Y un día te dejé partir
mi llanto murió en silencio,
la tristeza consumió
este amor que era inmenso.
Y yo tomé mil caminos,
y tú... perdiste tus pasos,
y buscaste mis abrazos
y yo...buscaba tus sinos.
Solo recuerdos quedaron
guardado en una valija,
juramentos y sortijas
viejos miedos, que se helaron.
Y tú... seguiste buscando,
y yo...seguí sonriendo,
y tú... seguiste queriendo,
y yo...aquí vivo soñando.
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