Todavía te veo sentado junto al río,
llenando de reproches las tardes de mi ocaso ,
me embarga la nostalgia cuando un escalofrío
recorre el sentimiento que trajo mi fracaso.
Todavía amanece con sol en mi ventana
y el parpado del beso te espera por si acaso,
mi cielo se desviste de la duda lejana
y deja que disfrute de todo mi parnaso.
La vida es tan pequeña que cabe en un segundo,
cuando tu ausencia pesa porque estás mas ausente
en la orilla del alma te besé moribundo.
Tu recuerdo se escapa como olas de mi mar
en este mustio día de abril en mi presente,
que al perpetuar el verso me inocula de amar.