Cuando sientas los gemidos de la noche
en la curva gris del cielo de la ausencia,
y las horas se empecinen recordarte
de ese tiempo ya pasado que no mora.
Cuando sientas que preludia la memoria
en la cima del sonido del silencio,
y pretendas revivir lo que se ha muerto,
con las luces del invierno en las auroras.
Sera tarde para ti... serás pasado
para amar y ser amado y para amarte,
ya no habrán las viejas grutas en mi prado.
Solo el beso que pretende confortarte,
con el arpegio más triste ovacionado
y quedarás sin saber cuánto te he amado.
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