Ella solo quería vestirse de ilusiones
besar las madrugadas, llenar el sentimiento,
quedarse trasnochada en un mar de sensaciones,
volar como las hojas llevadas por el viento.
Tan solo ella quería, cobijar sus canciones,
elevar melodías de arpegios sin lamentos,
sucumbir ante el beso entre nubes de emociones
y vivir a plenitud sus ansiados momentos.
Pero un día se marchó persiguiendo la luna,
en los pasos dormidos de la huella sin nombre
y buscó su morada por las sombras perdidas.
En los viejos recuerdos cansados sin fortuna ,
encontrose en la mirada extraviada de un hombre
en pasiones de olas palpitantes, sumida.
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