Ayer he visto pasar negras gaviotas
por el cielo sideral que me subyuga,
y sentí que soy la más pequeña
oruga
con ocasos que florecen sobre notas.
Hoy he visto otro celaje muy distinto
al que ayer aprisionara mi paisaje,
con azules que rozan el oleaje
un adagio del amor y del instinto.
Y mañana crecerán cien alboradas
con sus sueños de fragancias sanadoras,
madrugadas de placeres en las horas
y un deseo alentador en desbandadas.
Algún día volverán tus ilusiones
ya están cerca los idilios sin lamentos,
solo queda nos visite nuevos vientos
con gaviotas bien cargadas de pasiones.
Volverá lo que se fue no se ha perdido,
solo estaba de descanso en su ribera,
madrigales con amor de
primavera
al retorno encontrarán que me he dormido.
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