Se me tuerce la vida y me entristece
cuando te veo sola en la explanada,
sin ropas, sin comer, alucinada,
con la mirada turbia que perece.
Abandonado ocaso que me ofreces
a la vista tu vida marchitada.
pregunto: ¿Cómo puede marginada
vivir a la intemperie sin dobleces?
Se me agrieta la fe viendo pasivo,
juventudes viviendo sin motivo
endrogadas, sin techo y con hambruna,
Sin amor, ni esperanzas, sin fortuna…
mientras gastan billones en las guerras.
¡Aclamémosle a Dios en estas tierras!.
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