¡Ay que verso el verso mío!
que me emociona y condena
voy atada a su cadena
del verbo que tanto ansío,
sola estoy en desvarío
consolándome me esperas,
en las noches pasajeras
ausentes al albedrío
de las caricias sinceras;
¡Tiempo de amor si volvieras!
para matar este hastío,
que corre entre las costeras
aguas dulces de mi río.
¡Ay mi verso! ¡luz y estío!
es mi dolor tu conciencia
tu aroma doma mi esencia
ultrajas al cruel impío,
le das duro con tu puño
es la decencia tu cuño
que amenaza con su frío,
tu conciencia es un preludio
la firmeza en tu repudio,
estacionas mi atavío
tu me sientes, me comprendes,
porque sabes y me entiendes
y te mata mi vacío.
Verso mío en ti confío;
eres musa que en mi nada
frágil vida marginada
tan carente, yo sonrío,
eres brisa en mi alborada
porque soy la mas osada
en un mundo sin rocío,
sin mis rosas, sin vereda,
me recubre tu arboleda
silenciosa y sin gentío.
me refugio en tu presencia
me refugio en tu presencia
con la rítmica cadencia,
en mi piel, escalofrío
va calmando mi demencia,
¡Este verso, el verso mío!