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“Nostalgias vespertinas”



Se me ha escapado el año entre latidos,
envuelto en la penumbra de tus pasos,
sediento en cada beso sin ocasos,
perdido en la carencia de gemidos.

Se fue junto a la ausencia de cumplidos
por sendas que se yerguen de fracasos,
curvándose en la dicha con retrasos
que muere sucumbida en los olvidos.

Se me ha fugado el sueño clamoroso,
después que despertaron las mañanas
rociado de caricias repentinas.

Delirios que palpitan en lo hermoso
del dulce y fiel sonido de campanas,
nostalgia de mis horas vespertinas.


María de los Angeles Espinosa



Flor de laguna”




Mi madre tan lejana y tan dilecta,
cubierta de bondad -flor de laguna-
me deja el corazón -es su fortuna-
donde guarda la miel siempre perfecta.

Su voz es eslabón que se proyecta
por cúspides de vida con hambruna,
no existen dos iguales -solo hay una-
que sacude minutos de colecta.

Mi madre tan jovial y tan sincera,
amante soñadora y tantas cosas,
abraza sus jazmines con las rosas.

Candil que no renuncia de la espera,
sus sueños tienen vetas de colores,
cadencia y matíz de mis amores.


“El Hombre”




El hombre es como un mar embravecido;
sediento de ilusión y desengaños,
bebiendo de la vida los engaños
disfruta del placer sin mucho ruido.

El hombre es animal noble y torcido,
se enfrenta diariamente con los años
a subir lentamente los escaños,
excusando las culpas y descuidos.

Transita con sus vanos desaciertos
un mundo que parece más carente,
de amor y de pasiones verdaderas.

Cual barca que navega por los puertos
con mares de azules transparentes,
buscando nuevas rutas y fronteras.


María de los Ángeles Espinosa
(derechos de autor)

“Cantares de Enero”




Te conozco? o quizás solo en mis sueños,
te detienes, me miras y me besas,
me acaricias, me juras y profesas,
con tus brisas de lujos navideños.

Ya no sé, si en diciembre mis empeños,
se crecieron con luz de tus promesas,
disfrutaron de días de sorpresas
o incendiaron recuerdos abrileños.

Solo sé que deslumbras mi mirada
con la amante caricia que me quema,
me consume tu fuego que me crema.

Se despiertan instantes de alborada
con tus besos como olas de mis mares,
este Enero vestido de cantares.


María de los Ángeles Espinosa

“Se me fuga el verso”


  
El tiempo se me fuga con sus dardos y rosas,
entre besos y abrazos que perecen humano,
en los mustios silencios que florecen en vano,
por los tristes sucesos de las horas ociosas

El tiempo se me fuga por rendijas y fosas,
con la caricia inerte que se muere sin mano,
por el recuerdo lindo que ya parece anciano
y me deja de alivio la duda de las cosas.

El tiempo se me escapa por la gruta del verso,
pero lleva la nota de lo bello y converso
delira y me suspira con su arrebol que suena.

Va arrastrando a su paso delirios en cadena,
mil besos y caricias de noches consentidas,
también se va llevando cicatrices y heridas.


María de los Ángeles Espinosa

“Destino”



Yo te quería mío  -y te quería-
como si fueras olas de mis mares,
con deseos y anhelos sin pesares
y el corazón sediento de ambrosía.

Ella quizás te quiso -pues le urgía-
pero mi amor bebía tus azares,
penetraba silente por tus lares
y dejaba sus huellas en poesía.

Yo te quería así, pero la vida
nos cambia sin razones el destino,
te fuiste aquella tarde con tu sino.

Llovieron en mi alma los albores,
por eso mi recuerdo no te olvida,
te lleva bien colgado a sus fervores.


María de los Ángeles Espinosa

“Sortilegio de amor”



Busco en cada gota de melancolía,
el dulce recuerdo -la ambición sin llama-
delirante aviso resplandece y clama,
las horas bordadas con pasión de un día.

Busco en la búsqueda, la filantropía
el sutil momento del amor que te ama,
sortilegio tierno tiempo que reclama,
noches pretenciosas de vino y poesía.

Busco y al buscarte parece te encuentro;
detrás de las huellas de mis convicciones
y siento en mis curvas el escalofrío.

Me absorben las ganas que crecen por dentro,
palpita el milagro de los corazones
y aumenta el eterno caudal de mi río.


María de los Ángeles Espinosa
(derechos de autor)